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Para la
optimización del trabajo de preparación física dentro del mundo de la
equitación nos basamos en varios pilares básicos para conseguir los objetivos y
su correspondiente desempeño deportivo. Para ello, tendremos que conseguir un
buen nivel de fuerza, flexibilidad, resistencia, velocidad, coordinación y
equilibrio para hacer un trabajo de técnica progresivo y correcto con nuestro
caballo. Si dejamos de lado la preparación del jinete en sí, ésta se puede
traducir en dificultad a la hora de realizar ciertos ejercicios, así como la
aparición de micro traumatismos en espalda y abductores.
En los
principiantes, la falta de preparación se traduce normalmente en la dificultad
de adquirir una postura correcta, indispensable para su progresión. Los dolores
derivados de los microtraumatismos, se sumarán a los provocados por las
posturas forzadas y las contracturas, y se dejarán sentir en el jinete varios
días después de cada sesión. Dentro de la preparación del jinete, debemos
basarnos en protocolos integrados y programas de sistemas preventivos de
lesiones a través de los cuales minimizaremos el riesgo de lesiones y nos
aseguramos una práctica de nuestro deporte de la forma más efectiva. Es
importante tener en cuenta que las posturas forzadas y los desbalances
musculares se hacen notar en cada entrenamiento y competición.
Para
ello se recomienda aplicar programas de core
training y entrenamiento funcional, potenciando la musculatura
complementaria y compensatoria de las acciones propias de la monta en sí,
incluyéndolos en las sesiones de entrenamiento físico dentro del sistema
preventivo de lesiones, ya que las acciones de transferencia de fuerzas del
centro de presiones abdominal actúa directamente en el feedback jinete-caballo, con lo cual llevaremos un mejor control y
dinamismo.
Los protocolos de la
readaptación al gesto deportivo van desde la potenciación muscular, minimizando
desbalances musculares y propioceptivos además de conseguir el tono muscular adecuado
para la actividad normal; el acondicionamiento físico que demanda el propio
deporte y el inicio de forma progresiva a los gestos deportivos que el
deportista se va a encontrar en la competición y que se hace necesario que
previamente haya ido incorporando paulatinamente hasta realizarlos de una forma
segura y eficaz.
Por ello, los factores
principales que debe trabajar el deportista es la base de fuerza, resistencia y
trabajo multidisciplinar a través de circuitos de coordinación específica de
acciones reales teniendo en cuenta los mecanismos de percepción, decisión y
ejecución a la hora llevar a cabo la toma de decisiones y anticiparse a la
tarea o entorno variable en concreto.
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Equipo técnico
Intercaballos.com
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